domingo, 5 de febrero de 2012

Cuando cuatro goles no sirven para ganar


Más de una vez habréis escuchado decir a los futbolistas, tras una gran actuación, aquello de lo importante es que el equipo ganó. El tópico tantas veces repetido deja de ser una posibilidad cuando un jugador firma un soberbio partido en el que es capaz de marcar cuatro tantos y posteriormente no puede afirmar que valieron para que su equipo lograse su objetivo. Que un futbolista esté tan inspirado como para marcar cuatro goles sucede pocas veces, menos aún que no sirvan para ganar el partido, pero lo hemos visto más de una vez, la última ayer en San Siro.

Diego Milito (Inter de Milán)

Bajo la ola de frío siberiano que ya ha llegado a nuestras costas y sobre una capa de nieve que cubría el verde de San Siro tornándolo en blanco, Milito quiso hacer resaltar el nerazurro para marcar cuatro goles al Palermo. No obstante no sirvieron para derrotar al Rosanero, que guiado por un gran Miccoli empató el encuentro impidiendo a los de Ranieri la victoria. Sin embargo, estos cuatro goles confirman el retorno del mejor Diego Milito, aquel que deslumbrara en Zaragoza y en el Inter de Mourinho tras pasar una mala racha que hace poco le valió incluso el Bidone d’oro, parodia del Balón de Oro y que se entrega cada año en Italia. Con estos cuatro goles, Milito ya es segundo con 12 en la tabla de goleadores de la Serie A. El partido estuvo a punto de suspenderse: no fue así por suerte para el Príncipe, que fue rey por una noche.

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